martes, 31 de enero de 2012

Escapada imaginaria

No. Esa sensación otra vez no. Me falta el aire. No puedo respirar. Noto como mis conductos internos se cierran. Un segundo. Dos. Necesito aire. Necesito pararme, calmarme. Tranquila, deja de pensar. No pienses. Inspira. Espira. Muy bien. ¿Ves? Mucho mejor. Relájate un rato. Párate. No hagas nada. Deja la mente en blanco. Notas el aire entrar en tus pulmones. No te vas a ahogar. Cálmate. Cierra los ojos. Piensa en algo que te guste. Algo que te relaje. Algo que te haga sentir bien. Y así es como he terminado tirada en un césped infinito mirando al cielo. Al principio, me fijaba en las formas de las nubes. Es algo que siempre me ha gustado mucho. Un hipopótamo que se transforma en una bailarina, una cara que te trae infinitos recuerdos, un caballo con cuerpo de pez… es el paraíso de la imaginación y la fantasía. El sol me ciega los ojos. Y poco a poco va bajando. Se esconde entre esas nubes que miro boquiabierta, como si fuese esa niña pequeña que aún tiene un gran lugar en mi interior. Y los tonos azules se van haciendo anaranjados, rosáceos. Qué belleza. Por momentos como este merece la pena todo lo demás. Sigo tumbada, mirando el atardecer. Comprobando la inmensa gama de colores que aparecen ante mí. Y el cielo se vuelve azul. No es un azul muy oscuro. Es ese azul. Ese que me encanta. Que no se puede describir. La luna está tan llena que parece que va a explotar. Y me mira con esa cara sonriente que suele tener la luna llena. Un millón de estrellas de fondo. Las miro atontada. Busco constelaciones. ¿Esa es la osa mayor? ¿Dónde está Casiopea? Casiopea es la típica constelación que siempre que miro al cielo la busco, y si no la encuentro me la invento. Porque ver Casiopea me pone ñoña. Me hace creer en el destino. En el amor. Y sigo aquí tumbada. Empieza a hacer frío. Quizá debería irme, pero estoy tan a gusto… un ratito más y me voy. Buenas noches.

Saludos de un pez que quiere salir de su pecera.. pero que no puede.
Besitos de cristal
MiKo

domingo, 29 de enero de 2012

sensaciones

Soltadme las manos. Quitadme las cadenas que me impiden acercarme. Quiero tocarte. Sentir tu respiración en mi cara. Y seguir acercándome un poco más. Respirar más deprisa. Dejar de pensar para centrarme en mis sentidos. En ti. En mí. En nosotros. En nuestros cuerpos. Sentir el tacto de tus caricias. Que tus manos recorran toda mi piel. Estremecerme. Cerrar los ojos. Dejarme llevar. Tocarte. Dar rienda suelta a mis fantasías más escondidas. Sentirme frágil. Tu boca recorriéndome. La mía suspirando agitada. Suplicando que no me dejes. Que sigas haciéndome experimentar todas esas sensaciones. Pidiendo a gritos algo que no necesita palabras. Que me des tu amor. Que me hagas tuya. Me entrego a todo lo que pueda pasar a partir de ahora. Nuestras manos. Nuestros cuerpos. Nuestras bocas. Una mezcla de sensaciones y sentimientos. Ser consciente de que cada detalle quedará grabado a fuego en mi cabeza. Y separarnos irremediablemente. Despacio. Mirándonos con ojos de complicidad. Pensando en lo que ha pasado y sin querer que termine. Pero es inevitable que todo tenga un final. De mi boca sale un suspiro. Te abrazo. Te siento. Y quisiera que el mundo se parase en este instante.