jueves, 14 de abril de 2011

Quiero aprender a ganar

Intentar huir hacia delante no es la mejor solución. Porque me engaño a mí. Porque engaño a otros. Porque puedo hacer daño a alguien que no se lo merece. Y sobre todo, porque eso no me va a hacer olvidar que lo que realmente quiero es otra cosa. Porque si en un camino hay obstáculos, cambiar de camino es lo más cobarde que se puede hacer. Las cosas hay que afrontarlas tal como vienen. Hay que luchar. Hay que arriesgar. Y si no lo haces, nunca más te quejes de que no eres feliz, porque ya has perdido ese derecho. No puedes quejarte de que nadie te quiere si dejas escapar a las personas que intentan quererte, tratarte bien o quieran intentar algo de verdad desde el principio y paso a paso. Pero tampoco puedes intentar querer a alguien sólo porque te quiera o porque te trate bien, aunque sea más fácil que intentar querer a alguien que sabes que jamás se fijará en ti o con quien nunca podrás tener nada. Duele más, mucho más, pero no se puede elegir.

Me odio. Me odio a mí misma cada día que pasa, por intentar algo con una persona que me es indiferente, que no me gusta lo más mínimo, que no me aporta nada... pero que me trata bien, me dice cosas bonitas y se interesa por mí; en vez de decirle a la persona que me gusta lo que siento por él. Dicen que quien no arriesga no gana... por eso seguramente acabe perdiendo otra vez, yo me lo estoy buscando. Así que mejor dejaré de quejarme de una vez.

Hoy un beso de tortuga, que he visto unas en el retiro y me han recordado lo que me encantan... quiero una tortuga, quiero una tortuga (8)... ¿Qué tal se llevaran los peces y las tortugas? En fin… que un beso.

MiKo

No hay comentarios:

Publicar un comentario