domingo, 13 de marzo de 2011

Mis gafas rosas

Hoy me he puesto mis gafas de cristales rosas. Me encantan. No sólo porque son bonitas o porque me hacen más guapa, sino por cómo lo veo todo.  Todos los días, aunque llueva o sea el día más gris del año, parece que el sol brilla con una luz especial, las nubes parecen difuminarse en el cielo, o se vuelven blancas, de algodón. Las personas sonríen por la calle, incluso aunque estén de mal humor, tristes o simplemente vayan con prisa y no les apetezca dedicarte 20 segundos de su vida. Los semáforos te pillan siempre en verde, si vas en coche no hay tráfico. En fin, son todo ventajas. Solo al contacto con mi piel, esas gafas parecen obrar un milagro. Mi cabeza se aclara, como el cielo. En mi rostro se ilumina una gran sonrisa, que no se borra en todo el día por muy malo que sea todo lo que hay alrededor. El espejo me devuelve la imagen de una chica preciosa, segura de sí misma y con ganas de comerse el mundo.  De las cosas rosas que hay en el mundo, una de las que más me gustan son estas gafas. Por desgracia, muchos días me olvido de colocarlas en su sitio (siempre yo y mi pequeño desorden caótico) y me paso días enteros intentando encontrarlas, otros días no me combinan con la ropa, o se les rompe un cristal y las tengo que llevar a arreglar. Creo que debería tener unas cuantas más de repuesto, para que me aclaren en días de oscuridad (interior o exterior). Pero de momento, no pensare en ayer ni en mañana, sólo en que hoy tengo mis preciosas gafas rosas haciendo de la vida algo un poco más agradable.

Hoy no puedo resistirme a enviar un beso de fresa... para quien lo sepa aprovechar y disfrutar.
MiKo

No hay comentarios:

Publicar un comentario